La conquista de Perú: una transformación cultural y social
La conquista de Perú es un proceso histórico que representa la asimilación del Imperio Inca al Imperio Español, generando una profunda transformación social, económica y cultural. Hace quinientos años, estas dos culturas distintivas se encontraron por primera vez y han ido asimilándose progresivamente.
La propagación del cristianismo y la imposición de la religión católica
Con la conquista, comenzó la propagación del cristianismo en América del Sur, donde la mayoría de las personas fueron convertidas a la fuerza al catolicismo en tan solo una generación. Se construyeron iglesias en cada ciudad y se reemplazaron algunos de los templos incas por iglesias, como el Coricancha en la ciudad de Cusco.
La iglesia utilizó la Inquisición, haciendo uso de la tortura para asegurarse de que los recién convertidos católicos no se desviaran hacia otras religiones o creencias. El catolicismo peruano sigue el sincretismo que se encuentra en muchos países latinoamericanos, en el que se han integrado rituales religiosos nativos con celebraciones cristianas.
El establecimiento del gobierno colonial
El primer gobierno colonial se estableció en 1543 como el Virreinato del Perú, donde la monarquía española gobernaba a sus colonias americanas a través del nombramiento de virreyes. Durante este período, Perú fue el corazón del imperio español en América del Sur y Lima fue su ciudad más importante. Lima se convirtió en un centro financiero, cultural y educativo.
La Universidad de San Marcos, la primera universidad de las Américas, fue fundada en Lima en 1551. Al principio de la colonia, todo el comercio con España tenía que pasar por el puerto de Callao en Lima y, posteriormente, hacia Panamá. Más tarde, para facilitar la comunicación y el comercio con España, se dividió el Virreinato del Perú en el Virreinato de la Nueva Granada y el Virreinato del Río de la Plata.
La devastación de la población indígena
La conquista trajo consigo muerte y desolación. En un período de 150 años, la población indígena disminuyó de aproximadamente 9 millones a 600,000. La mayoría de ellos murieron debido a enfermedades extranjeras que fueron llevadas involuntariamente por los españoles. Las personas indígenas no tenían inmunidad contra enfermedades como la viruela, el sarampión y la gripe, que diezmaron a la población local.
La guerra, la esclavitud y el trabajo forzado también contribuyeron a la devastación de la población, lo que llevó a la rápida desintegración del imperio. El sistema de encomienda otorgaba a los europeos autoridad ilimitada sobre grupos de peruanos nativos, quienes eran saqueados, esclavizados y sometidos a trabajos forzados. La encomienda se basaba en la etnia de la persona, solo los nativos peruanos estaban sujetos a ella; una persona de raza mixta podía escapar del servicio y, como resultado, muchos buscaron diluir su ascendencia amerindia. Debido a la falta de mano de obra disponible, se añadieron esclavos africanos a la población laboral.
La Perú actual: una sociedad dividida
Hoy en día, la sociedad peruana está dividida entre la población urbana adinerada y occidentalizada, y los amerindios más pobres, muchos de los cuales han migrado de los Andes a la ciudad en busca de mejores oportunidades.
La conquista y la colonia trajeron consigo una mezcla de culturas y etnias que no existían antes de que los españoles conquistaran el territorio peruano. Aunque muchas de las tradiciones incas se perdieron o diluyeron, se agregaron nuevas costumbres, tradiciones y conocimientos, creando una rica cultura peruana mixta.