
La ciudad de Cusco, cuyo nombre en el idioma aymara significa «roca del búho», es una de las ciudades más importantes en la historia del Imperio Inca. Según uno de los mitos sobre el origen de los Incas, Ayar Auca se convirtió en un búho y voló hasta el lugar donde se establecería la capital del nuevo imperio, transformándose en una roca para marcar el sitio elegido.
El fundador y la organización de la ciudad
Inca Manco Cápac fue el fundador de la ciudad de Cusco. La ciudad fue diseñada en forma de puma, cuya cabeza era la fortaleza de Sacsahuaman, su cuerpo estaba formado por los ríos Tulumayo y Huatanay, y su cola era el lugar donde ambos ríos se encontraban, conocido como Pumaq Chupan. El corazón de la ciudad era la Huacapata o plaza sagrada, que contenía el Coricancha o Templo del Sol.
Cusco fue la ciudad más importante del Imperio Inca; era la capital del Tawantinsuyu, el lugar de residencia de la élite y una ciudad sagrada. La ciudad estaba organizada alrededor de una plaza central desde la cual partían las carreteras que conducían a los cuatro gobiernos provinciales o suyus. Se llevó a cabo un importante desarrollo arquitectónico en Cusco, se construyeron palacios y escuelas para la élite, templos como el Coricancha o Templo del Sol y una red de caminos muy importante. Cusco era una capital espectacular.
La protección de la ciudad: la fortaleza de Sacsahuaman
Para proteger la ciudad de los invasores, Cusco contaba con la fortaleza de Sacsahuaman. Esta se encontraba en una colina sobre la ciudad y contenía un arsenal, un templo, almacenes, depósitos de agua y un trono para el Sapa Inca.
El Coricancha: el centro religioso del Imperio Inca
El Coricancha o Templo del Sol fue construido en una plaza llamada Huacapata, en el corazón de Cusco. Era el centro religioso del imperio y estaba reservado para el Sapa Inca, su familia cercana, los sacerdotes y las mujeres elegidas para adorar. Aunque estaba destinado a ser un centro de peregrinación, no se permitía que la gente entrara en él.
El edificio contenía seis capillas rectangulares dedicadas a cada uno de los dioses celestiales de la religión inca: Inti o Sol, Luna, Estrellas, Trueno y Wiracocha. Una capilla separada estaba dedicada a las huacas de los territorios conquistados, ya que los incas creían que estos ídolos les darían poder y les permitirían controlar los nuevos territorios.
En cada templo había una imagen de cada dios hecha de oro macizo. En el extremo oriental del patio se encontraba la representación del Sol, una enorme placa de oro macizo. Debajo de ella, sentados en tronos de oro, se encontraban las momias de los antiguos Sapa Incas. El Sapa Inca solía adorar en este templo y pedir consejo a las momias.
Desafortunadamente, el templo original fue modificado por los españoles, quienes construyeron una iglesia utilizando las paredes originales del templo. Las láminas de oro y plata que cubrían las paredes y todos los demás objetos fueron apropiados por los españoles.
La imponente fortaleza de Sacsahuaman
Esta fortaleza formaba la cabeza del puma que conformaba la ciudad interior de Cusco. Era una construcción impresionante que se encontraba en el punto más alto de una colina con laderas empinadas que dominaban la ciudad. Las habilidades de ingeniería de los incas se pusieron a prueba en la construcción de esta magnífica estructura. Sus murallas en zigzag estaban hechas de enormes bloques de piedra que pesaban de 90 a 120 toneladas cada uno. Sin el uso de mortero, lograron encajar las piedras entre sí.
En el lado sur de la fortaleza había un acantilado empinado. Los otros lados estaban protegidos por tres torres. Sacsahuaman tenía varias funciones: proteger la ciudad de los invasores y albergar a su gente. En el interior de la fortaleza había numerosas habitaciones y pasajes que almacenaban alimentos, ropa, armas y agua.
La ciudad de Cusco, con su rica historia y su impresionante arquitectura, sigue siendo un lugar fascinante para visitar y aprender sobre la grandeza del Imperio Inca.